Las habilidades cognitivas en niños preescolares.
Un estudio comparativo en un contexto de pobreza
Fundamentalmente,
aquí se nos presenta una investigación que fue realizada en Argentina,
a una población de niños entre los 3 a 5
años, y de los cuales se logró evaluar a 238 niños, que concurrían a control
pediátrico en centros de Atención primaria de Salud, y que vivían en una
situación de pobreza. Este trabajo tuvo como objetivo describir las
habilidades cognitivas simultáneas y
secuenciales de niños preescolares en situación de pobreza de una población
específica de este país.
Para esta
investigación se utilizó la Batería de
Evaluación de Kaufman para niños (KABC) que se trata de una batería cognitiva,
sustentada en la convergencia de diferentes modelos cognitivos (Neisser, 1979)
y neuropsicológicos (Das, Kirby y Jarma, 1979; Luria, 1966, 1973, 2003/1976). Y
a través de ella se pudo evaluar el
estilo individual de cada niño, cómo resolvían sus problemas y
procesaban la información. Esta
batería que es de administración individual, es aplicable a niños normales y excepcionales desde 2 años,
6 meses hasta 12 años, 6 meses. Consta de dos escalas: la de procesamiento mental,
que incluye las subescalas de procesamiento simultáneo y secuencial y otra de
conocimientos. Cada una de ellas otorga un perfil sobre el tipo de procesamiento
del niño, y tiene utilidad para determinar los métodos didácticos más efectivos
para incrementar el rendimiento académico.
La importancia de la aplicación de esta batería,
es que es algo novedoso, funcional y que le
permite mantener el interés, sobre todo a los niños más pequeños. Las tareas son muy originales (por ejemplo, Ventana
Mágica o Memoria Espacial). El papel del lenguaje en las consignas es mínimo ya
que en ciertas pruebas las instrucciones son verbales o gestuales (como en Movimiento
de Manos). Todos los subtests de la escala de Procesamiento Mental tienen un ítem
de ensayo y dos ítems de enseñanza que permiten al evaluador
explicar la naturaleza de la prueba. Cada ítem de las pruebas del KABC se
puntúa como 0 ó 1. No existen bonificaciones por un desempeño veloz, aunque
sólo la prueba Triángulos presenta un límite de tiempo para la ejecución.
A través de este
estudio, los autores nos pretenden mostrar los resultados obtenidos. Se mostró
que los niños desnutridos y no desnutridos pertenecientes a contextos de pobreza
tenían habilidades cognitivas simultáneas y secuenciales similares. Sin embargo,
se demostró que a medida en que aumentaban las condiciones de pobreza, eran menores
las habilidades cognitivas.
Es interesante como
se puede considerar que la temática de la pobreza, no solo se puede plantear en
términos de posesión de bienes, sino que en el aspecto psicológico, se puede
manejar como las múltiples privaciones y ambientes que impactan y afectan en el desarrollo cognitivo y social
del niño, ya que estas privaciones económicas
generan incertidumbre y estrés, lo que aumentan la posibilidad de
estados emocionales negativos.
Para realizar las
evaluaciones de las habilidades cognitivas, los investigadores implementaron la
batería de Evaluación de Kaufman, para
niños (K-ABC), además de una encuesta sociodemográfica a sus padres. A través
de las cuales se mostraron diferencias
estadísticamente significativas en el desempeño cognitivo según los niveles de
pobreza en los grupos de 4 y 5 años, particularmente en las habilidades
secuenciales. El estudio aporta datos de particular interés por su utilidad en
la planificación de los currículos escolares en el nivel inicial.
Aquí tenemos que
tener claro, que las habilidades
simultáneas implican un manejo de la información desde dimensiones espaciales,
por lo que involucran procesos cognitivos de percepción, categorización y
síntesis. En tanto, las habilidades secuenciales recurren a la percepción de
estímulos presentados en secuencia, una captación de la información en un orden
lineal y la ejecución de acciones en un orden específico.
Tomo a Luria (1974)
quien nos dice que el procesamiento cognitivo humano requiere de la cooperación de tres sistemas funcionales
básicos del cerebro: el primero es el bloque de la activación, responsable de
mantener la atención y regular el tono cortical; el segundo es el bloque del input,
que recepciona, procesa y almacena la información codificándola sucesiva o
simultáneamente y el tercero, llamado bloque de programación y control de la
actividad, programa, regula y dirige la actividad mental. Estas tres unidades
van a participar en toda actividad consciente y en todos los procesos psicológicos.
La segunda unidad funcional, según este autor, es la responsable de recibir,
procesar y almacenar la información que una persona obtiene del mundo exterior
e interior.
Otro aspecto
importante para destacar, es como la activación del input –entrada de la
información– en el niño va a estar dada por los órganos de los sentidos. La información
de los estímulos externos o internos puede presentarse tanto de un modo seriado
o simultaneo, por lo que la detección de estos estímulos va a activar, a su
vez, las formas de procesamiento secuencial y simultáneo, es por ello, que
Kaufman y Kaufman
(1983) proponen que la utilización de las habilidades cognitivas secuenciales o
simultáneas, aquí depende de cómo el sujeto procese los estímulos más que el
contenido de éstos (verbal o no verbal).
Para ello, se realiza
una encuesta sociodemográfica: elaborada para tomar datos relacionados con el
grupo familiar del niño, aspectos nutricionales y las experiencias cotidianas
de éste vinculadas a la socialización. Dicha encuesta constó de cuatro
apartados: a) datos personales del niño; b) grupo familiar: tipo de familia,
número de hermanos, número de personas que integran el grupo familiar,
educación y ocupación de padres y/o cuidadores; c) situación nutricional: diagnóstico
nutricional, edad inicio del cuadro de desnutrición, frecuencia de controles
pediátricos, aportes nutricionales,
asistencia a comedores comunitarios; y d) tipo de experiencias cotidianas del
niño: actividades lúdicas, frecuencia de juegos con pares y/o adultos y tipo de
figura familiar responsable del cuidado del niño.
Inicialmente se
construyó y validó la encuesta sociodemográfica. Para el nivel socioeconómico
se analizó tanto la ocupación como la educación alcanzada por los padres y/o
cuidadores. Se consideraron dos categorías: a) un nivel menor de pobreza,
caracterizado por padres con una escolaridad superior a primaria completa y
ocupaciones estables de baja calificación, por ejemplo, personal de maestranza,
obreros auxiliares en la rama de la construcción, y b) un nivel mayor de
pobreza, referido a padres con un nivel educativo mínimo o sin escolaridad
formal y ocupaciones inestables, por ejemplo, vendedores ambulantes, cartoneros
o sólo beneficiario de planes sociales.
Se podría decir
entonces, que la pobreza y desnutrición en cualquier población se van
potenciando y generando una causalidad recíproca y limitando la expresión
de dichas capacidades. Esto destaca que el fenómeno de la desnutrición no explica,
de modo aislado, las dificultades cognitivas en niños con privaciones socioeconómicas,
ya que la intervención de otros factores de la pobreza coexiste junto a las
carencias nutricionales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario